Beodo

1 de Noviembre de 2015

01:00 de la madrugada del domingo:
"Ha sido un día duro, Javier, amigo mío, vino a visitarme tras estar un largo tiempo sin vernos, me alegra pensar que sigue como siempre. Yo, cansado, decido irme a dormir pues no creo que las cervezas me hayan sentado del todo bien, me cambio la ropa y decido irme a la cama."

03:35 de la madrugada del domingo: 
"Creo que no ha sido buena idea beber tanta cerveza, que dolor de cabeza.
Que raro, oigo mucho ruido en la calle, y parece que están entrando en mi edificio, que para quien no lo sepa, vivo en la planta baja de un viejo bloque de pisos.
Se oye mucho jaleo, creo que hay pelea o algo así, pero da igual ya se pasará, estoy tan a gusto en mi cama..."

03:50 de la madrugada del domingo: 
"El ruido se ha intensificado, estoy asustado, parece como que alguien está buscando algo.
¡Espera, no puede ser! ¡Están intentando derribar mi puerta! Tengo que esconderme, donde sea, esto no puede estar pasando.
Rápidamente me incorporo y me escondo debajo de un escritorio que tengo justo al lado de la cama, pero pienso que me van a ver fácilmente, para ello, cojo una manta y la pongo de forma disimulada sobre la silla y ésta la junto todo lo que puedo a mí, para que no se me vea, todo ésto mientras los golpes no cesan y la puerta cada vez está más frágil, no tengo ni idea de lo que está pasando."

03:55 de la madrugada del domingo: 
"Finalmente, han conseguido pasar, estoy muy asustado, había acabado tan bien el día... Y encima estoy solo, ¡No se que hacer!"
"Creo que han entrado tres personas, por lo poco que me he querido asomar, pues estoy de los nervios, he visto que van con linternas y muy cabreados e incluso he oído a alguno de ellos decir mi nombre, no entiendo nada, si yo solo soy un simple estudiante que se dedica a estudiar, jugar al fútbol y relacionarme con mis mas cercanos, que querrán de mi, por favor, que no me encuentren y se vayan.
Uno de ellos está pasando a mi habitación, y yo, más que nunca, estoy muy callado, a ver si mi silencio consigue hacer que desaparezca o algo así, estoy paralizado.
Está mirando por el armario, ya ha abierto las tres puertas, y en efecto, está gritando mi nombre de forma jocosa, en su mano izquierda lleva una pistola, con la derecha, abre y cierra las puertas desesperadamente, queriéndome encontrar.
Mientras, escucho a los otros dos en la puerta de mi habitación, hablan sobre que se habían confundido de casa y habían entrado a la de enfrente, casa de dos personas mayores, no quiero saber que ha sido de ellos.
El chico de la pistola sigue buscando por toda mi habitación, me parece alucinante que no se haya percatado del pequeño escondite improvisado que me he buscado, mientras, él ya ha mirado por la cama y comenta con sus otros dos compañeros el lugar donde puedo encontrarme."

04:30 de la madrugada del domingo: 
"No me lo puedo creer, ¡Se oyen sirenas! No quiero creer que me he salvado, pero esas tres extrañas personas hace mucho que están por la casa buscándome y gritando, casi cabreados diría yo donde puedo estar, es un buen momento para que venga la policía y al fin pueda salvarme.
Ellos se percatan de las sirenas, yo, sigo acurrucado en mi pequeño rincón, tengo miedo y no pienso moverme, mientras, ellos salen corriendo, nada más salir, se oyen disparos, parecen peligrosos pues la policía no ha dudado en disparar.
Parece que la situación ha sido controlada al momento, pues la policía entra al instante en la vivienda, en efecto, los señores mayores del piso de enfrente han fallecido, se lo he oído a una oficial, y a mí, me buscan por toda la casa, yo estoy tan desubicado, tan asustado y tan inmóvil, que, una vez más, no me atrevo a salir, espero a que la policía se vaya, quiero quedarme tranquilo, saber yo mismo que ha pasado, y a partir de ahí, pensar que hacer."

05:30 de la madrugada del domingo:
"Creo que la policía ya se ha ido, ha sido muy largo el registro para al final no lograr encontrarme, incluso he creído escuchar que han estado localizando a mis padre, he oído que han estado hablando con ellos así que mejor, se que no les ha pasado nada.
Con cuidado y sin hacer ruido, me incorporo y después de estar un largo tiempo encogido, me estiro y me pongo en pie. Ando algo mareado, entre el alcohol y todos estos sustos, sigo sin entender nada de nada.
Me asomo a mi puerta cuidadosamente, miro a ambos lados de la oscura casa, parece que no hay nada, ni un ruido, ni una luz extraña, nada, me parece perfecto.
Me dirijo a la cocina, que está al fondo de mi casa, eso sí, como todo, cuidadosamente y sin hacer ruido, no veo nada por ningún sitio y me tranquilizo un poco, bebo agua, estaba sediento y mientra me la bebo, me siento en un pequeño taburete, como saboreando el agua pues me creía que iba a morir.
Una vez satisfecho, me dirijo más tranquilo hacia mi habitación, pues quiero vestirme para ir a la comisaría, me veo con fuerza, abro mi puerta y... ¡No puede ser!
Se me cae el alma al suelo, me quedo paralizado, sin saber que hacer, el mismo hombre que horas antes me estuvo buscando insistentemente está ahí, en mi habitación, estoy paralizado, me está mirando con unos ojos negros y llenos de odio."

06:00 de la madrugada del domingo: 
"¡Menos mal! De la impresión, me he sobresaltado, ¡Sólo era una pesadilla! Estoy sudando, así que, decido incorporarme para echarme un poco de agua en la cara, lo he pasado mal al fin y al cabo.
Cuando me reincorporo y miro al frente, ahí está, el mismo hombre, la misma pistola, la misma pose que tenía en mi pesadilla, pero esta vez con la pistola apuntándome a la mismísima frente, no puedo hacer nada, no puedo escapar, lo único que puedo hacer, es ver como aprieta el gatillo."