-Quién lo diría, diez años ya de aquel suceso que nos
cambió a todos y que nos hizo madurar, tal vez de una forma demasiado
repentina. -Dijo Edgar mientras entraba y cerraba la puerta al pasar.
-Qué raro, el
último en llegar, aunque te vas superando, solo llegas tarde por 5 minutos,
enhorabuena. - Se escuchó desde el fondo de la sala.
-Veo que sigues
tan gracioso como siempre, ¿eh, Alan? -Dijo Edgar medio sonriendo medio
molesto.
-Bueno, intento
mantenerme en forma. -Vaciló Alan.
El grupo de amigos
se encontraba en "El Estanco", un pequeño bar casi en el centro del
pueblo en el que sus clientes habituales eran los típicos que parecen no salir
nunca de allí, ademas eran amigos del dueño del bar desde hace mucho y alguna
vez que otra les invitaba por lo que les era un incentivo más para ir.
-Tan atractivo
como siempre, Dante. -Le comentó Uriel con cierta envidia mientras sonreía.
Uriel había sido durante años el típico chico gordito que había sido por
desgracia el centro de atención en su clase y que si no fuese por su grupo de
amigos su situación hubiese sido mucho peor.
-Bueno, no voy mal
pero la edad poco a poco nos va pesando, son 31 años pero... Me empiezo a
preocupar. Contestó Dante sonriendo. -¿Tú que tal vas?
-Bien, aún sin
trabajo y viviendo con mi madre, de vez en cuando me sale algún trabajillo,
pero nada estable. -Dijo Uriel.
Al otro lado de la
mesa se encontraba Gael, que tras analizar a todos los participantes de esa
reunión, sus amigos, se levantó y empezó a hablar.
-Diez años han
pasado ya, como bien ha dicho Edgar y yo por lo menos, aún no he sido capaz de
olvidarlo, por eso os cité aquí junto con Hugo, porque me apetecía hablarlo y
recordarlo con todos vosotros.
- Así es. -Dijo Hugo
mientras se levantaba. -Mucho han cambiado nuestras vidas: hemos terminado
estudios, algunos tienen ya familia... y por qué no aprovechar este 5 de enero
de 2016 para poder sentarnos y recordar lo que nos pasó hace diez años.
Todos se quedaron
callados, como recordando todo lo que les ocurrió, hasta que Zeus comenzó a
hablar rompiendo el silencio que se había implantado en el grupo:
- Aquella noche
del 5 de enero... Aún sigue siendo una de las peores noches que jamás viviré. -
Decía Zeus mientras se incorporaba de la silla. - Parecía un día perfecto, un
día entre amigos, de fiesta, celebrando que algunos eramos libres de estudios,
que podíamos acceder a estudios superiores los que quisiésemos, en un chalet
apartado de todo ruido... quién se iba a imaginar que así de repente, uno de
nosotros iba a desaparecer.
- No pudimos hacer
nada. -Contestó Gabriel acto seguido. -Yo fui el primero en darme cuenta, en
salir del chalet y ver que no encontraba a Caín cuando justo iba en su
búsqueda. Salí corriendo, lo recuerdo como si fuese ayer, ¿Dónde iba a estar
sino es en un lugar apartado prácticamente de la ciudad? Y al caminar unos
metros... -Decía mientras agachaba la cabeza.
-Esa chaqueta...
Destrozada y rasgada por todos lados. -Continuó Gael al ver la imposibilidad de
sus compañeros de seguir. -¿Cómo íbamos a imaginar que no lo veríamos nunca
más?
-Acto seguido
llamamos a la policía asustados, temiendo lo peor... Y lo único que
consiguieron hallar fueron unas ramas rotas de haber salido corriendo. ¿Por qué
Caín? ¿Por qué lo hiciste? Ojalá fueses capaz de oírme allá donde estés...
-Terminó Dante.
-Amigos, brindemos
por Caín, allá donde esté, se lo merece. -Dijo Aiden mientras se levantaba con
una jarra de cerveza en la mano.
Y así es como los
nueve amigos pretendían rememorar a su desaparecido amigo Caín, el cual dieron
por muerto muchos años atrás, meses después de tal acontecimiento.
Después del
brindis, se quedaron todos ellos hasta el anochecer, rememorando aquellos
tiempos en los que aún eran diez, en los que aún eran jóvenes y libres con la
capacidad de divertirse con cualquier cosa.
Los últimos en
marchar fueron Dante, Alan y Gael que, como todos los años, trataban casi de
forma desesperada de descubrir que pudo suceder.
Han pasado
diez años y ni la policía ni nadie ha sido capaz de descubrir lo que realmente
sucedió, ¿por qué no lo intentamos nosotros? Tal vez sea demasiado tarde pero
algo más haremos que estar aquí bebiendo cerveza dejando que las pocas pruebas
que aún pueda haber desaparezcan. -Dijo Dante.
-Nunca es
demasiado tarde. -Contestó Alan casi de forma inmediata. -Yo también lo he
pensado muchas veces, podríamos intentarlo, estoy contigo.
-Visto el tiempo
que ha pasado hay que tener en cuenta el grado de dificultad que esto
incluye... Pero, ¿por qué no? -Contestó Gael.
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