miércoles, 8 de febrero de 2017

Cap 2: El reencuentro

-Quién lo diría, diez años ya de aquel suceso que nos cambió a todos y que nos hizo madurar, tal vez de una forma demasiado repentina. -Dijo Edgar mientras entraba y cerraba la puerta al pasar. 
-Qué raro, el último en llegar, aunque te vas superando, solo llegas tarde por 5 minutos, enhorabuena. - Se escuchó desde el fondo de la sala. 
-Veo que sigues tan gracioso como siempre, ¿eh, Alan? -Dijo Edgar medio sonriendo medio molesto. 
-Bueno, intento mantenerme en forma. -Vaciló Alan.
El grupo de amigos se encontraba en "El Estanco", un pequeño bar casi en el centro del pueblo en el que sus clientes habituales eran los típicos que parecen no salir nunca de allí, ademas eran amigos del dueño del bar desde hace mucho y alguna vez que otra les invitaba por lo que les era un incentivo más para ir. 
-Tan atractivo como siempre, Dante. -Le comentó Uriel con cierta envidia mientras sonreía. Uriel había sido durante años el típico chico gordito que había sido por desgracia el centro de atención en su clase y que si no fuese por su grupo de amigos su situación hubiese sido mucho peor.
-Bueno, no voy mal pero la edad poco a poco nos va pesando, son 31 años pero... Me empiezo a preocupar. Contestó Dante sonriendo. -¿Tú que tal vas?
-Bien, aún sin trabajo y viviendo con mi madre, de vez en cuando me sale algún trabajillo, pero nada estable. -Dijo Uriel. 
Al otro lado de la mesa se encontraba Gael, que tras analizar a todos los participantes de esa reunión, sus amigos, se levantó y empezó a hablar. 
-Diez años han pasado ya, como bien ha dicho Edgar y yo por lo menos, aún no he sido capaz de olvidarlo, por eso os cité aquí junto con Hugo, porque me apetecía hablarlo y recordarlo con todos vosotros.
- Así es. -Dijo Hugo mientras se levantaba. -Mucho han cambiado nuestras vidas: hemos terminado estudios, algunos tienen ya familia... y por qué no aprovechar este 5 de enero de 2016 para poder sentarnos y recordar lo que nos pasó hace diez años. 
Todos se quedaron callados, como recordando todo lo que les ocurrió, hasta que Zeus comenzó a hablar rompiendo el silencio que se había implantado en el grupo: 
- Aquella noche del 5 de enero... Aún sigue siendo una de las peores noches que jamás viviré. - Decía Zeus mientras se incorporaba de la silla. - Parecía un día perfecto, un día entre amigos, de fiesta, celebrando que algunos eramos libres de estudios, que podíamos acceder a estudios superiores los que quisiésemos, en un chalet apartado de todo ruido... quién se iba a imaginar que así de repente, uno de nosotros iba a desaparecer. 
- No pudimos hacer nada. -Contestó Gabriel acto seguido. -Yo fui el primero en darme cuenta, en salir del chalet y ver que no encontraba a Caín cuando justo iba en su búsqueda. Salí corriendo, lo recuerdo como si fuese ayer, ¿Dónde iba a estar sino es en un lugar apartado prácticamente de la ciudad? Y al caminar unos metros... -Decía mientras agachaba la cabeza.
-Esa chaqueta... Destrozada y rasgada por todos lados. -Continuó Gael al ver la imposibilidad de sus compañeros de seguir. -¿Cómo íbamos a imaginar que no lo veríamos nunca más?
-Acto seguido llamamos a la policía asustados, temiendo lo peor... Y lo único que consiguieron hallar fueron unas ramas rotas de haber salido corriendo. ¿Por qué Caín? ¿Por qué lo hiciste? Ojalá fueses capaz de oírme allá donde estés... -Terminó Dante. 
-Amigos, brindemos por Caín, allá donde esté, se lo merece. -Dijo Aiden mientras se levantaba con una jarra de cerveza en la mano. 
Y así es como los nueve amigos pretendían rememorar a su desaparecido amigo Caín, el cual dieron por muerto muchos años atrás, meses después de tal acontecimiento.
Después del brindis, se quedaron todos ellos hasta el anochecer, rememorando aquellos tiempos en los que aún eran diez, en los que aún eran jóvenes y libres con la capacidad de divertirse con cualquier cosa. 
Los últimos en marchar fueron Dante, Alan y Gael que, como todos los años, trataban casi de forma desesperada de descubrir que pudo suceder. 
 Han pasado diez años y ni la policía ni nadie ha sido capaz de descubrir lo que realmente sucedió, ¿por qué no lo intentamos nosotros? Tal vez sea demasiado tarde pero algo más haremos que estar aquí bebiendo cerveza dejando que las pocas pruebas que aún pueda haber desaparezcan. -Dijo Dante. 
-Nunca es demasiado tarde. -Contestó Alan casi de forma inmediata. -Yo también lo he pensado muchas veces, podríamos intentarlo, estoy contigo. 
-Visto el tiempo que ha pasado hay que tener en cuenta el grado de dificultad que esto incluye... Pero, ¿por qué no? -Contestó Gael. 

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